A solo 2 días de que se haya aprobado el proyecto que estipula que debe haber un lugar específico en Mar del Plata como “zona roja” para ofrecer servicios sexuales en la vía pública, agrupaciones de trabajadoras sexuales comunicaron que le propondrán al intendente Guillermo Montenegro dos lugares que pueden funcionar como tales.
“El primer lugar consideramos que podría ser una zona que hay un depósito de cereales sobre la avenida Luro, entre las calles Chile y Tierra del Fuego, unos 300 metros, que no hay frentistas. También por la avenida Champagnat hay muchas cuadras donde no hay viviendas”, aseguraron.
Victoria Disalvo, referente de Reconocimiento del Trabajo Sexual, expresó que “no estamos en contra de una regulación, pero la queremos sin criminalización. Entendemos que esta regulación nos está reconociendo como trabajadoras, pero vemos que nos imponen reglas y no tenemos ningún derecho”.
“Sabemos que el Municipio busca poner fin a la problemática de las zonas rojas en la ciudad y que quede establecido un lugar específico, pero no queremos una policía con poder punitivo, que ya sabemos que muchas veces ejercieron violencia”.
El viernes pasado se aprobó en el Concejo Deliberante de General Pueyrredón la ordenanza para reglamentar la oferta y demanda de servicios sexuales en la vía pública en el distrito, a partir de una presentación hecha por JxC.
La iniciativa busca el ordenamiento de la Zona Roja y establece multas y arrestos para los que no respeten las áreas y horarios que se estipulen para ejercer la prostitución en la vía pública.
Para quienes no respeten zonas y horarios habilitados, habrá multas de mil a 10 mil Unidades Fijas (UF) y/o arresto de 5 a 30 días. Las UF son establecidas por el Ministerio de Infraestructura bonaerense, y actualmente cada una equivale a $123,40, por lo que las multas irán de $123 mil a $617 mil.
Tras su aprobación, el intendente Guillermo Montenegro celebró la noticia y afirmó que “le da más herramientas a la Justicia y la policía para que puedan actuar”.
“De esta forma se da respuesta a un problema que muchos vecinos de la ciudad tienen hace años: la presencia de la Zona Roja en la puerta de sus casas”.
“Mi responsabilidad es trabajar para mejorar la calidad de vida de todos los vecinos, y que entre todos podamos construir una ciudad más segura y ordenada”, concluyó.