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El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, cuestionó las presiones que buscan impulsar una depreciación del peso frente al dólar a través de los movimientos registrados en los mercados paralelos de divisas y aseguró que “no es necesario ajustar ni tampoco bruscas devaluaciones”.
“Estamos en una coyuntura compleja”, dijo el funcionario sobre la evolución de la balanza comercial, que en los primeros meses del año registró un fuerte aumento de las importaciones, principalmente empujadas por el aumento de los precios internacionales de la energía.
“Debido a la guerra de Ucrania, los combustibles y la energía general aumentaron un 200%”, dijo, y agregó que esto trae problemas en la coyuntura Argentina. Según precisó, “actualmente estamos importando u$s 2 mil millones en energía por mes, cuando en abril estábamos en u$s 900 millones”.
Por este salto en la demanda de divisas para importar energía, el Gobierno se vio obligado a implementar restricciones a otros sectores de la economía, para resguardar los dólares destinados a la compra de combustible y poder garantizar así los suministros necesarios para las industrias esenciales.
En su opinión, “el panorama para los próximos meses debería ir mejorando poco a poco”. En este sentido, añadió: “Tanto en el largo plazo como cuando disminuya el nivel de importaciones cuando haya menos frío y disminuya la demanda de energía, vamos a tener una balanza mejor”, aseguró.
Por otra parte, señaló que los saltos cambiarios del dólar registrados esta última semana se deben a que “siempre aparecen los especuladores”. Y aclaró: “El mercado oficial de cambios mueve mil millones por día, ha estado operando con normalidad. Lo que vemos en el mercado de títulos públicos es que hemos tenido movimientos bruscos porque en ambos mercados se habla de ajuste”, dijo.
“He oído que se habla de sacrificio y ajuste, pero no hay ninguna razón para que suceda. Estamos en una coyuntura difícil pero la vamos a superar. No es necesario ajustar ni bruscas devaluaciones”, argumentó.
