Redacción PBA
Hace unos días hubo un fuerte tirón de orejas de Patricia Cubría y su marido, el funcionario del gobierno nacional Emilio Pérsico, para varios de sus seguidores más cercanos por un episodio ocurrido en plena misa por los 10 años del pontificado del Papa Francisco, celebrada en la Catedral de San Justo y oficiada por el obispo Eduardo García.
Monseñor había invitado especialmente a Cubría y a Pérsico y les reservó lugares en la primera fila de un lado del pasillo; del otro, a la misma altura, estaban sentados el intendente Fernando Espinoza y otras autoridades municipales.
En el momento de desearse la paz, Espinoza y sus funcionarios fueron hacia donde estaban Cubría, Pérsico y sus acompañantes para el tradicional saludo “La Paz del Señor sea Contigo”.
Todos se intercambiaron cordialmente el deseo y primó el más puro espíritu católico.
Sin embargo, luego de la misa, los dos acaudalados miembros del movimiento piquetero, que gerencian un buen número de planes sociales en La Matanza, le recriminaron a quienes los acompañaban por haberle pedido a Espinoza sacarse fotos con ellos con sus celulares mientras se desarrollaba el saludo de la paz.
Fueron tantas las fotos, que monseñor García, molesto, interrumpió desde el atrio diciendo que debía seguir con la misa.
Es evidente que más alla de los roles, los sermones, las caras y los gestos a unos cuantos les molesta la posibilidad de que haya paz y concordia entre los argentinos.
