Cuando los ANH (animales no humanos) hacen valer sus derechos - DataPBA

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Por. Laura Velasco (*)

Los carpinchos salen de paseo, por Nordelta, porque ellos son los verdaderos “pobladores originarios” de ese lugar, dado que los humedales son su hábitat natural. Los Humanos son los usurpadores o intrusos.

Escandalizados los vecinos, manifiestan que esos roedores, reconocidos por su docilidad, son los causantes de estragos, desordenes varios y ataques a sus perros. Cuando en realidad, son absolutamente sin riesgo para humanos y otras especies.

Luego, los lagartos, con estos calores de 45 grados de sensación térmica, también fueron de paseo y hasta se metieron en las casas para tomar un poco de fresco.

Sucede que la mayoría de los Countries o Barrios Cerrados, están ubicados en zonas de humedales, y los humedales son el hábitat natural de los carpinchos, familias enteras de esas especies conviven allí. Este escenario se establece sin control de un organismo de fauna respectivo, violando los arts. 41 y 43 de la C.N. los preceptos de “sustentabilidad y protección al medio ambiente y a las especies”, violando la ley de Conservación de la fauna silvestre N° 22.421, ley General de Ambiente N° 25675. Y asimismo, maltrato animal y crueldad al animal Ley N°14346.

La usurpación de áreas silvestres queda expuesta en estos hechos al menos que se muestre el informe de impacto ambiental previo a la construcción del Barrio Cerrado, y el registro catastral con la mensura original donde se establecen los límites originales.

La realidad es que todo se aprueba por un puñado de dólares y la connivencia del funcionario de turno, aplastando zonas de reservas, carpinchos, y hasta pinguino en una región declarada patrimonio de la humanidad, cómo sucedió en el sur de nuestro país, con un “ente” que pasó una topadora aplastando nidos.

Estamos conviviendo con otras especies, nadie nos dio la supuesta jerarquía de estar por sobre el resto de las especies, compartimos este planeta con otras especies, a las cuales les debemos respeto a su dignidad y su vida.

El tema de la Pandemia ha puesto de relieve el trato o mejor dicho, destrato hacia otras especies, no es un problema chino, como dicen, sino es un problema humano. De nuestra relación interespecies. La violencia entre especies o interespecies, genera en definitiva violencia intraespecies (hacia la misma especie) o sea hacia nosotros mismos.

Jeremy Bentham, sostuvo, la cuestión no es si pueden razonar, ni si pueden hablar. La cuestión es si pueden sufrir.

Lo que está acabadamente demostrado, por diversos estudios y mediante la Declaración de la Conciencia de Cambridge (2012) la que establece que los animales poseen sistema nervioso central y pueden sentir y sufrir, tienen capacidad de sintiencia y conciencia.

Las mezquinas interpretaciones judiciales se han encargado de crear un inadmisible estado de desprotección al considerarlos aún como semovientes, objetos o cosas, en lugar de sujetos no humanos de derecho. Aunque ello está cambiando paso a paso.

El hombre no es el dueño del planeta, sino que debemos convivir con otras especies, nadie nos ha otorgado una mentada superioridad, sino tan sólo una visión antropocéntrica es la que nos ha transformado en los mayores depredadores de este planeta, y con ello las consecuencias que deben ser soportadas por todas las especies. Muy cruel.

Pero más cruel es ejercer violencia contra los animales como si fueran cosas u objetos, y no lo son. No son nuestros esclavos, no están para que el hombre satisfaga sus fines de lucro con ellos. Merecen vivir en libertad.

Numerosas Constituciones y  legislaciones civiles  de diversos países, han reconocido a los animales como seres sintientes, es el tiempo de que nuestro país también lo considere.

Y para concluir, no olvidemos que Theodor Adorno, destacado representante de la teoría crítica de la sociedad, decía que: “Auschwitz empieza dondequiera que alguien mira un matadero y piensa: son sólo animales”.

Hoy la rebelión de los carpinchos, de los lagartos, mañana quizás la rebelión de las otras especies, para decir basta al humano que todo lo destruye y también la naturaleza que ya está harta de los humanos.


 

(*) Abogada (UBA). Máster en Criminología. Directora del Instituto de Derecho Animal del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal –pioneros tanto en el país como en toda Latinoamérica, desde septiembre del año 2009–.

Directora del Instituto Iberoamericano de Derecho Animal de AIDCA (Asociación Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente).

Directora de la Revista Jurídica de Derecho Animal de IJEditores.Autora de más de 10 proyectos de ley sobre Derecho Animal.

Vegana y naturista desde hace más de 38 años.

Referente en Derecho Animal, doctrinaria, conferencista, docente y autora. Premiada nacional e internacionalmente por su labor en defensa de los animales.


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